¿Puede el concepto identidad cultural trasladarse al territorio? Cómo? El territorio no es tan solo un espacio geográfico, también es una construcción histórica y una práctica cultural. Por tanto es en el territorio donde se refleja claramente la identidad cultural de la comunidad que lo sustenta.
Además, hoy en día, no tan solo hemos de valorar los testimonios inmuebles que configuran la existencia y el carácter de los pueblos entorno el patrimonio arquitectónico, arqueológico e histórico y los asimila a sus procesos de creación. También es necesario valorar el patrimonio artístico como capacidad creativa y el patrimonio etnológico como reflejo de las formas de vida.
Bajo este prisma durante los últimas semanas he estado leyendo un artículo de Annete Viel “Quand souffle l’esprit des lieux” (cuando se respira el espíritu del sitio). Es un texto muy conocido, pero no deja de sorprenderme. Explica que el territorio es un espacio vivo, con una historia que no esta fijada en el tiempo o el espacio y que evoluciona de manera natural o bien a partir de las acciones que se desarrollan. Por tanto el territorio es el reflejo de una época y un espejo de los valores de la sociedad que lo gestiona.
Si tratamos la identidad y el espíritu de un territorio podremos poner en valor su dimensión social, cultural y económica. Podremos por tanto proyectar acciones de desarrollo y mejora para las comunidades que sustentan en territorio y sus recursos, entre ellos el patrimonio cultural.
Si descubrimos la identidad y el espíritu del territorio podremos aportar beneficios a la comunidad que lo sustenta:
A través del urbanismo, programando acciones urbanísticas que permiten un planeamiento urbanístico y de equipamientos a través de criterios y conocimientos previos en geología, arqueología, historia (urbanística, bibliográfica y documental) del sitio, los recursos materiales e inmateriales, la tradición, el folklore… A través de la educación y la cultura, promoviendo el conocimiento y la identificación de los ciudadanos con su territorio. A nivel económico, desarrollando planes de dinamización turística que incidan positivamente en la llegada de visitantes al territorio.
Pero para conseguir esto es necesario fijar una mirada alternativa, responsable y coherente sobre el territorio, sus recursos y sus necesidades. Cada lugar, cada territorio es distinto y esto es una gran oportunidad, ya que permite establecer miradas calidoscópicas capaces de ofrecer soluciones creativas y novedosas.
Espero que este post sea de vuestr@ interés.
Saludos!
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Daniel Gutiérrez Espartero :: Consultor en Patrimoni Cultural
dgutierrez@diagnosiscultural.com :: www.diagnosiscultural.com
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