9 de des. 2013

Reflexiones: el merchandising y la fridamanía

Desde el 9 de octubre hasta el 13 de enero de 2014 tiene lugar la exhibición Frida Kahlo/Diego Rivera:l’art en fusion, en el Museé  d’Orangerie, París.

Cristina Rodríguez, alumna de nuestro Máster Universitario en Gestión Cultural, ha tenido el placer de asistir y realizarnos una reflexión sobre el merchandising y la fridamanía y los posibles peligros de estos en la gestión cultural.


Fridamanía: una bomba envuelta en merchandising (o los peligros del merchandising).

Sin lugar a dudas “todo el mundo” sabe, más o menos, quién es Frida Kalho (1907-1954). Desde principios de los ochenta del siglo XX, la obra de la artista plástica mexicana más emblemática ha ido revalorizándose a través de estudios, exposiciones, ensayos, etc., pero lo más remarcable es como su figura ha adquirido un aura de mito artístico, icono pop, o estandarte de reivindicación social, es decir, un sin fin de fridas que componen la denominada fridamanía.

El estado de furor se potencia, de manera más simple,  en la explotación de la imagen de la pintora con intenciones comerciales. La figura de Frida es una fértil generadora de rentas a través de un merchandising que va desde camisetas, perfumes, biografías, fotos, cerveza o una muñeca que reproduce la imagen más representativa de la artista de Coyoacán; vistoso y colorista tocado floral en el cabello recogido en un moño, uniceja y bigotuda, y vestida con traje tehuano. Con  el estado de globalización y el libre mercado la fridamanía se ha expandido por el globo, con los derechos de autor bajo el brazo, y la cesión, por parte  de los “herederos”, de los derechos de explotación comercial de las obras e imagen de la artista en pro de un cuantitativo aumento de sus cuentas corrientes. Estos hechos han hecho se deforme la vida de Kahlo, subrayando las entrañas de la artista, y desvirtuar el objetivo real de la cultura, en este caso, del arte de Frida. 

En fin, podemos entender que la cultura de masas sirve para difundir el arte y la cultura, democratizarla y hacerla accesible, pero la mala praxis de la acción mercantilista alrededor de Kahlo ha ayudado a la generación de un abismo entre  el espectador y la artista, oscureciendo el conocimiento de su obra y generando unos estereotipos y prejuicios a la hora de la aproximación. El morbo que genera sus miserias, traumas femeninos, dualidad sexual o su tormentosa relación con el artista Diego Rivera (1889-1957), ha desplazado su obra bajo un cuestionable espíritu fenicio.
Es cierto que la vida y personalidad de Frida es puro vigor, esencia contradictoria, que nos empuja al interés, pero lo más remarcable de la suscitación de Frida es que trabaja temas que nadie antes había pintado o por los menos desde una coordenada radicalmente femenina: el aborto, la soledad femenina, el dolor de la traición amorosa, etc.  Su práctica artística es una terapia, un éxodo del dolor emocional y físico que le tenía postrada en una cama, empujada a la creación de un mundo pictórico personalísimo, libre, ingenuo, fantástico, críptico y expresionista.

La fridamanía ha agolpado una multitud de personas enfrente del Museé  d’Orangerie (París) tras la presentación el pasado 9 de Octubre de la exposición Frida Kahlo/Diego Rivera: l’art en fusion, que se puede disfrutar hasta el 13 de Enero. Una buena oportunidad para acercarse a la obra de Frida y Diego, permitiendo apreciar sus talentos individuales, la contaminación recíproca entre los artistas y reflexionar sobre la excelencia técnica de Diego y la capacidad emocional de Frida.  

André Bretón dijo de Frida que era (…) una bomba envuelta en listones (…), pero ahora el llamado kahlismo o fridamanía esta envuelta en una intención de explotación comercial, en un merchandising peligroso que desvirtúa la realidad y profundidad de los artistas y sus obras.  


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Gracias.





Art in fuFrida Kahlo / Diego Rivera. 

Art in fusion