Seguimos con la serie de análisis de instituciones y proyectos culturales por parte de los alumnos del Máster Oficial en Gestión Cultural de la UB. Esta semana...
Arxiu Fotogràfic
(por Henar Ortega)
El Arxiu Fotogràfic forma
parte del Archivo Municipal de Barcelona. Junto con otros órganos, centros y
servicios configura el Sistema Municipal de Archivos. Su objetivo es cuidar de
los fondos fotográficos de la administración municipal, y de los fondos y
colecciones fotográficos de otra procedencia de interés para la historia de la
ciudad. También actúa como centro de referencia de la Administración municipal
en relación con el tratamiento de imágenes. Depende,
en primera instancia, de la Dirección General del Sistema Municipal de Archivos
y de sus comités de Dirección y de evaluación y acceso; y del Ayuntamiento de
Barcelona en última.
El Arxiu está ubicado en el
barcelonés barrio del Borne, muy próximo al Arc de Triomf. Su sede está en la
segunda planta del convento de San Agustín, un edificio que sirvió también como
cuartel (principios del siglo XIX), y que en 1992 pasó a tener titularidad del
Ayuntamiento de Barcelona. El espacio, unas instalaciones de unos 1587 metros
cuadrados, dispone de una sala de trabajo para labores de descripción,
digitalización y conservación preventiva; un laboratorio de conservación; un
laboratorio analógico y otro de reproducción; 213 metros cuadrados dedicados a
depósitos; una sala de consulta; y 178 metros cuadrados de sala de exposición.
Sus fondos incluyen
materiales desde la Primera República hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona
1992, no sólo fotográficos: hay desde fotografías en papel o en negativo hasta
instrumentos clave en la historia de la imagen (ejemplo: daguerrotipo). Se
consigue, así, un conjunto de interés por su carácter documental y divulgativo.
El conjunto del acervo procede tanto de archivos de titularidad pública (30%)
existentes desde inicios del siglo XX como de materiales de titularidad privada
(el restante 70%, procedente de asociaciones, autores, individuos o familias
anónimas). La recepción de los mismos es constante.
La actividad del Arxiu
El Arxiu tiene
básicamente las funciones de conservar, describir y difundir los fondos
fotográficos de interés para la ciudad. Generar conocimiento en torno a la
fotografía mediante una labor de investigación de todos los aspectos propios y
contextuales de los materiales es el efecto más importante que se desprende de
todos esos trabajos. Por su sala de exposiciones y de consulta, el Arxiu es un
lugar abierto al público, si bien no tiene gran afluencia debido a asuntos
comunicacionales que más tarde se abordarán, y a su ubicación en una planta
alta y no a pie de calle. Cabe señalar que La Virreina Centre de la Imatge,
como equipamiento consagrado a la fotografía también de titularidad pública,
sirve en ocasiones de lugar de exposición de materiales del acervo del Arxiu,
logrando una mayor afluencia de público.
La mencionada
labor de investigación se materializa en las exposiciones que producen,
organizan y comisarian desde el Arxiu o en colaboración con otras entidades.
Además en ocasiones llevan a cabo ediciones de publicaciones con diversos
contenidos derivados de esos trabajos de investigación. Por otra parte, y con
la firme intención de poner en valor el patrimonio del Arxiu y en general, el
patrimonio cultural de Barcelona, organizan rutas que recrean determinadas
secuencias del acervo del archivo, buscando siempre la consonancia, analogía y
reflexión. Asimismo organizan visitas escolares a sus instalaciones. En general
el plan de actuaciones no viene regido por ninguna especificación cuantitativa
ni temporal, y el ritmo del trabajo o los acontecimientos como la donación
inesperada de algún fondo, o la conmemoración de algún hecho histórico o
efeméride marcan bastante la dirección del trabajo de esta entidad.
Comunicación y Marketing del Arxiu
El público objetivo del Arxiu es
toda la población de Barcelona y de fuera. Su propuesta es amplia y, a priori,
del interés de cualquier persona, sea cual sea su procedencia o
formación/intereses específicos. Para canalizar bien que esta oferta divulgativa
llegue a todos los públicos y consiga atraer se necesita elaborar e implementar
un completo plan de marketing y comunicación que de momento no existe tal y
como debiera. Vayamos por partes:
En cuanto a la comunicación, el
Arxiu es consciente del contexto tecnológico actual y ha puesto en marcha un
acertado plan de difusión online e incluso mobile, disponiendo de un amplio
número de imágenes disponibles en su web (la “sala de consulta” del
presente/futuro) e incluso de una app para el móvil. Lo que es más deficitario
es la comunicación que aborde la existencia de la propia entidad en sí. Debido,
quizás, a lo desconocido del trabajo en un archivo para el común de la
sociedad, y a su falta de ubicación a pie de calle, el organismo no atrae la
atención en sí mismo, ni consigue poner en valor toda la cadena que supone el
trabajo allí efectuado de cara al público y a los medios. Se hace necesario,
pues, un completo plan de comunicación específico implementado desde la propia
entidad y en el que prime la difusión de manera divulgativa sobre la misma.
Según su propio director, la comunicación se lleva a cabo directamente desde el
Ayuntamiento. El problema es que ese departamento del Ayuntamiento lleva la
comunicación de este organismo y de muchos más, por lo que es difícil que el
Arxiu se diferencie y sobresalga en comparación con otros.
En cuanto a Marketing y captación de
públicos, sería interesante que se tratara de atraer público de manera física a
la sede, ya que se trata de una arte plástica que, si bien puede ser vista a
través de una pantalla de ordenador, no se concibe en su verdadero valor si no
se ve en persona, máxime existiendo un valor añadido en sus salas con
instrumentos históricos en torno a la fotografía (mencionado en la
introducción). Así, el organismo precisa de un acercamiento al público, para lo
cual no basta con las actuales postales promocionales en papel (muy acertadas,
por otra parte, tratándose de fotos) y cartelería de ciudad. La institución
precisa, así, de un completo plan de Social Media: estar presentes y cerca de
su público en las principales redes sociales (Facebook y Twitter), ya que
actualmente sólo tienen perfil abierto en Flick, y esta plataforma no es tan
masiva. Se trata no sólo de estar presentes, sino dar lugar a la participación
tanto de manera virtual como de forma física. Es necesario reinventar el
posicionamiento de la institución, en este momento prácticamente carente de un
lugar en el imaginario colectivo.
Esta especial atención en el
marketing y la comunicación debe dirigir esfuerzos tanto a la población local
como a la del resto del estado español y del exterior. Por lo tanto, debe ser
llevada a cabo en el máximo de idiomas posibles. Actualmente la web se
encuentra en catalán, castellano e inglés, y sería interesante considerar
incluir lenguas como el alemán, francés o portugués (y otras de especial
relevancia atendiendo a las estadísiticas sobre los turistas llegados a
Cataluña), tanto en los medios digitales como en los materiales de difusión
tradicional.
Un espacio gestionado por 8 personas en régimen funcionarial
El Arxiu cuenta con una plantilla de
8 personas fijas, que son funcionarios. Se trata de cuatro técnicos superiores
(conservación, difusión, reproducción y el Director Archivero), dos técnicos
medios (uno dedicado al archivo y otro dedicado a labores de técnico en
comunicación), un auxiliar (responsable de la sala de consulta), y un
administrador. Adicionalmente, el organismo contrata a profesionales externos
por necesidades del servicio, sobre todo para labores de digitalización y
descripción e identificación. Además la entidad participa en planes de
inserción laboral, y en ocasiones han contado con personas llegadas de planes
de ocupación de iniciativas como Barcelona Activa.
Como se ha dicho anteriormente, el
Arxiu es un equipamiento dependiente del Ayuntamiento de Barcelona. Por eso, la
dotación económica que conforma el presupuesto de la institución la otorga el
Institut de Cultura conjuntamente con la Generalitat de Catalunya. Con ese
montante se sufragan los gastos de personal de acuerdo con las tablas
estipuladas para ello en la función pública. El mantenimiento de las
condiciones con las que deben contar los depósitos, el mantenimiento general de
las dependencias y la adquisición de nuevos materiales son otras de las
partidas de mayor tamaño.
En cuanto a actividades que
produzcan ingresos, la que está más consolidada es la venta de fotografías, En
el establecimiento de la infraestructura necesaria para poder llevar a cabo esa
actividad mercantil se invierte un 20% del presupuesto total. Toda la
plataforma y las propias transacciones la lleva a cabo una empresa externa,
cuya comisión por unidad de venta es del 50%. Quizás este gasto e inversión
podrían optimizarse destinando una cierta parte a I+D internamente, manteniendo
a un equipo que pudiera diseñar e implementar el sistema desde dentro de la
institución, hasta llegar a un punto de operatividad que permitiese hacer
directamente la transacción y evitar la pingüe comisión del intermediario.
El patrocinio no está especialmente
contemplado como una vía de financiación. De hecho, como hemos apreciado en el
apartado sobre el personal, en la plantilla no hay ningún profesional dedicado
exclusivamente a esta actividad comercial. Los únicos patrocinios que recibe el
Arxiu ocasionalmente nacen de colaboración de empresas, instituciones o
acontecimientos con el Ayuntamiento. Éste en ocasiones destina alguna de estas
colaboraciones y vinculaciones externas al organismo que nos ocupa. Se suele
tratar de patrocinios en especie. Dada la carestía de todos los materiales que
rodean al hecho fotográfico, es una forma interesante de sufragar ciertos
gastos. Aún así, conseguir sponsors que aportaran dinero líquido debería ser
uno de los objetivos de próximos ejercicios del organismo, más teniendo en
cuenta la coyuntura económica y política actual y previsible para años
venideros.
Conclusión
El Arxiu Fotogràfic debe revisar la totalidad de su planteamiento
a nivel de gestión. Es necesaria una estrategia definida en cuanto a
financiación, personal y comunicación para adaptar la institución a la actual
situación económica y política y para inclinarla hacia la mayor sostenibilidad
y optimización de recursos posible. Del encuentro con el director del organismo
se desprende la falta de control sobre este tipo de cuestiones y lo que es más
grave, la aparente despreocupación en torno a ello. En un momento como el
actual en el que la cultura está, entre comillas, en peligro, hay que ser muy
cuidadosos e intervenir en pos de la continuidad. La labor de este archivo
barcelonés es muy valiosa y sólo una correcta gestión garantizará su
supervivencia. Una permanencia que sería objetivamente justa, y que debe ser
construida desde los mismos cimientos y concepción organizativa.
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