Por Antoine Leonetti
Lo que fuera antaño el “Brodway” de Barcelona, desde su creación en 1894, venido a menos desde hace 40 años, recupera poco a poco el lustre de sus mejores años. Después de la rehabilitación del famoso Molino, ya abierto y por lo visto con una exitosa programación de revistas, y la conversión del Scénic por la SGAE en Teatro Arteria, ya le tocaba al Teatro Arnau tener un poco más de suerte, en cuanto a su destino, y contribuir a mejorar las propuestas culturales de la Avenida del Paralelo. La sala, construida en 1903, se cae a trozos desde hace años, y su catalogación disuadió a muchos inversores privados, por culpa de los elevados costes que podía representar una rehabilitación en conformidad con su brillo pasado. Habrá recibido toda clase de proyectos, para hacer de él incluso un geriátrico, hasta su penúltima compra por parte de la Iglesia Evangélica China, que cuenta con más de 1.000 fieles en la Ciudad Condal. Pero el Ayuntamiento de Barcelona acaba de salvarle la vida como teatro, comprándolo de nuevo a esta exótica iglesia. Entre tira y afloja, entre el millón y medio que les había costado a ellos y los tres millones que pedían ahora a la ciudad, el acuerdo se acaba de cerrar en dos millones. Una cifra ciertamente elevada dados los enormes costes de reconstrucción que supondrá la puesta a punto del teatro, pero una excelente noticia para los programadores de teatro de Barcelona, que contarán con un nuevo espacio a su disposición, en una ciudad ciertamente necesitada de más oportunidades teatrales. Si es que se convierte en teatro de verdad: de momento sólo sabemos que será “un equipamiento cultural y artístico relacionado con el entorno del Paralelo”. Queda esperar pues a la presentación de un verdadero proyecto de uso.
Un poco más de brillo pues para el Paralelo, aunque faltaría mucho más para resucitar el espíritu de esta bulliciosa arteria cuando contaba con muchos otros espacios, hoy desaparecidos: el Gran Teatro Español, el Teatro Olimpia, el Teatro Talia, el Teatro Nuevo, el Teatro Cómico, el Teatro Circo Olympia, el Pompeia, el Bataclan…
Aquesta és una molt bona notícia per Barcelona, però estaria bé que l’Ajuntament també recuperés el Teatre Principal, al final de la Rambla. Es tracta del teatre més antic de la ciutat i un dels més antics d’Europa, inaugurat cap al 1600 i que durant el segle XIX va rivalitzar amb el Liceu per esdevenir el referent operístic de la capital catalana. Durant el segle XX va funcionar alternativament com a cinema i teatre, i durant els darrers anys la sala va ser explotada per l’empresa Focus. Després de patir diversos incendis, el seu tancament definitiu es va produir el gener de 2006. Fa temps que es diu que l’Ajuntament de Barcelona està negociant la seva compra o permuta amb el grup Balañá, propietari de l’edifici, però el temps passa i el teatre es va deteriorant, i amb ell tota la zona sud de la Rambla i del Raval... La recuperació d’un equipament cultural d’aquestes dimensions i simbolisme podria servir de motor per a la regeneració d’aquesta part sovint oblidada del centre de la ciutat.
ResponElimina